Antes del amanecer,
mucho antes del rayo de luna
y del color de las flores,
cuando todo despertar sea en tus ojos,
te habré buscado en los rincones más burdos,
en las zonas efímeras del placer
entre azucenas y nostalgias.
Ahora eres tú quién buscas
estas nuevas formas, de querer
sin bordes, sin dados amargos,
este llamado al vino más profundo.
Y pretendes instantáneas en el alma,
quedarte para amar noches moribundas
y darme algún beso que enamore la muerte.
Pretendas fuegos y ardores,
búscame en otros versos,
que aquí se han roto los acertijos
y no recuerdo bien tu nombre.
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