domingo, 27 de mayo de 2012

Carta N° Viernes


Querida S.L.

Aquí, los días van y vienen algunos recuerdos. La luna recibe tantos suspiros y acongoja en su escondite los poemas tiernos que olvidaron todos aquellos que lamen su fulgor con la mirada. Aquí, te decía, los días van y el frío viene, no me molesta, lo sabes, hace un ruido tan insignificante que basta con no salir desnudo para no escucharle, aunque a muchos otros le sangren los oídos. Es como si un viento vegetal, azul y rojo, me devolviera las palabras que entregué. Ahora utilizo un verde "te quiero y no sé cómo" para escribirte. Sé que sobre tu escritorio ya no descansan los poemas que escribí en un arranque de cordura, acerca de tus manos y la ternura de tus mentiras, tan cerca de tus párpados como era posible.

Sospecho que aquellos poemas duermen en algún otro rincón y sueñan poco y mal. Pobres, no aprendieron a despertar de los sueños malos. Jamás les enseñamos. Es tan fácil, tú lo sabes, sólo basta respirar profundo y pensar en una de esas cosas que te hacen reír, una caricatura, si así lo quieres. Luego, conviene olvidarla, y mover los dedos al compás de alguna Polonaise de Chopin. Por último, cerrar los ojos, a veces uno sueña con los ojos abiertos y desiertos, después es probable que despiertes sin recordar lo soñado. Es muy efectivo, sobre todo si se practica a diario, jugando a cerrar cicatrices y matrices cuadradas.

Aquí, te decía, ya no se me da por escribir. He dejado una larga escalinata de poemas y tal vez dejé de recordar, al menos por hoy. Aquí, los días van y tu recuerdo viernes es tan fuerte que deja manchas jueves y martes por doquier, tan difíciles de olvidar como aquellas voces de jazz que invaginaron en tu cuerpo. No se cuántas caricias por centímetro cuadrado me brindaste ni se cuántas gotas de tinta derramé sobre el reflejo de tus ojos. A veces, olvido lo mucho que nos leíamos, de perfil, de frente, de espaldas, buscando un ángulo imperfecto en la oscuridad y olvidando al instante las palabras.

Aquí, los días van y vienen algunos recuerdos, dos o tres. Ahora te escribo con un verde indeciso, es bueno, pero no aprendió a conjugar algunos verbos y los cuentos le salen al revés. Sufre y se queja demasiado y tal vez dejó de ser "te quiero". Dejaste de leer los diarios y los truenos, y apenas si recuerdas aquellos poemas publicados hace mucho tiempo, mucho antes de conocerte. Aquí los días van y vienen algunos recuerdos. Aquí, justo alrededor las costuras del pecado, los días van y tú no vienes.

Libeasler.

sábado, 26 de mayo de 2012

Poema incierto 2.35


No hace falta decirte mucho,
es la parte que olvidamos ayer
aunque creas que has muerto sin saber,
sin decirte antes lo menos que te quiero.

No creo que las voces mueran de soledad,
pero es terrible escuchar tus dedos,
ese susurro infinito inaudible y tuyo,
no creo que te quiera tanto como te escribo.

Si alguna vez olvido y este verso
suena a teorema vano e inútil,
quiero que me leas como nunca.

Si alguna vez me olvidas y ese verso
sueña contigo rara vez, entonces amarte
será una de las cosas entrañas y velos.

viernes, 25 de mayo de 2012

Poema innecesario


A compra camisas
B ha vendido su calma al diablo
C observa y equivoca los precios
D viste de saco gris

A decide ser agnóstico
B decide ser ambidextro
C dice ser diestro y yuppie
D cide ser humano
¿D es feliz?

A compra un paquete de nostalgias en la bodega
C cursa el primer año de recuerdos
D viaja en tren y no compra adioses pero cree
B ha perdido su nombre y no le interesa

A escribe sobre B con muchos paréntesis
B escribe una carta para A. solo una
C lee dos cartas que B escribió para A
A cree ser feliz por no haber recibido carta alguna

¿qué necesidad tienen los nombres de hacernos infelices?


martes, 22 de mayo de 2012

Tengo ganas de volver

A veces tengo ganas de volver, y me pregunto cuántos versos más se necesitan, cuántas vanas melodías son necesarias para acallar las últimas palabras. A veces tengo ganas de volver y me quedo mirando en rededor, las últimas costuras que mi realidad le hace a las cosas cotidianas, aquellas cosas que uno olvida cuando sale a caminar. A veces, tengo ganas de volver, encender algunos versos en no más de ciento cuarenta caracteres y sentir la indiferencia de los sueños hechos realidad, y tomar algunos breves rencores, esos que hablan sin mucho qué decir y amanecen con la voz ronca. Luego, recuerdo que ya no escribo en madrugadas y se me pasa. A veces, tengo ganas de volver a escribir ciento sesenta humanas letras, dejar sobre el papel mi santo y seña, y preguntarle a tu indiferencia cómo se siente, después de haber colmado de inútiles versos los días de verano.

A veces no tengo ganas de volver. Regreso del ansiado ningún lugar y me quedo en silencio sin más qué nacer, sin más que la simple escritura indecente. Regresamos a media mañana, cuando algunos han partido a otro lunar menos irreal.

lunes, 21 de mayo de 2012

Se que no buscamos el cuchillo entre los dientes



Se que no buscamos el cuchillo entre los dientes, 
hemos perdido de vista todo conjunto convexo,
a veces se liberan las ganas de odiar y vectores,
se que no buscamos al individuo entre cientos.

Se que no buscamos el cuchillo entre los dientes, 
yace debajo de nuestra piel, herida instante previo, 
a veces también olvidamos la costura del desdén, 
se que no buscamos el cuchillo entre los cielos.

Hemos perdido de vista nuestros propios ojos, 
ya no alcanza con el tañer óxido de la sonrisa
ni con el mirar despectivo de los ecos cortos.

A veces se liberan las ganas de odiar y odiamos, 
se que no buscamos al individuo en el silencio,
y en silencio buscamos nuestros propios ojos.

sábado, 19 de mayo de 2012

En esta humedad

En esta humedad se fingen los más puros ...
puntos defensivos para no cometer el vino en la coartada
en la fuente de luz se dibuja una mañana tan ingrata como la de ayer
en esta humedad el río sueña y no quiere ceder el siento

En esta humedad se fingen los más púdicos ....
puntos expresivos para no y para siempre
las doce en el candor de mirar la tierra y humedecer
el vino con pan y algunas lúgubres figuritas de verdor

En esta humedad se fingen los más puros ....

viernes, 18 de mayo de 2012

Que nadie conserve mis palabras


Espero que nadie conserve mis palabras,
cuándo has visto a un ruiseñor cantar
a la sombra de un acanto y morir de soledad.

Espero que todo esto regule
las estaciones tranquilas de la eternidad.

Así, dibujo un gato en la cabecera de la cuna
y miento acerca de nuestro futuro tierno.


miércoles, 16 de mayo de 2012

Poema malnacido

Tengo un poema malnacido, con tantas faltas ontológicas y adverbios insanos que dejé de escribir para leerte, para volverte. Aunque no te recuerde. Puedes leerlo, si prometes olvidar todo lo que te ame y sangre conos polares del recuerdo, ese conjunto vectores indecentes que manan por entre tu nostalgia.

martes, 15 de mayo de 2012

Prosas que desnudan al reloj

Ella pasa e inventa algún universo sin comas ni argumentos radianes. Ella sueña con deshacer las costuras del pecado e hilvanar con su mirada algún otro desencuentro, sueña despacio, casi en silencio. Acaricia el libro con sus ojos, y desentraña las últimas palabras, parece poco. Acontece de día y de soledad, calma el vaso con una pequeña oquedad, y escoge, una a una, las palabras que se niegan a nacer. Ella pasa e inventa algún universo ante mis ojos y destruye aquellas prosas que desnudan al reloj.

domingo, 13 de mayo de 2012

Llueve tu recuerdo


Llueve insano y trama el vaso
una desidia más visceral que la carnada,
truena el vino y casi siento tu mirada
al filo, y envenena vértices orgasmos.

Llueve menos y me digo:
qué tanta nave y fuentes de colores,
olvidando por ahora los acordes,
cuánto ego esquivo invaginamos.

Llueve y siento tus caricias,
como quien sostiene el pasamanos,
alguna otra dificulta lo soñado.

Llueve y siendo tus caricias,
alguna otra sensación invade,
siendo esquiva, tú más que nadie.

jueves, 10 de mayo de 2012

Lluvia

La lluvia se desangra y nosotros ni siquiera le buscamos la herida.
La lluvia se desangra y nosotros ni siquiera le buscamos la herida.
La lluvia se desangra y nosotros ni siquiera le buscamos la herida.
La lluvia se desengaña y nosotros ni siquiera le buscamos la mentira.
La lluvia desentraña todos los recuerdos y nosotros ni siquiera le buscamos un nombre.
La lluvia se desangra y nosotros ni siquiera le gustamos la herida.



domingo, 6 de mayo de 2012

Te quiero hoy y mañana tan vientre


Te quiero hoy y mañana tan vientre, tan dentro de las palabras y por fuera de las cosas, al asomo de los fragmentos. Te quiero, mañana y ayer, tan fuerte de vectores ortogonales al desdén y de caricias gradientes al orgasmo. Te quiero hoy y mañana tan vientre.