martes, 27 de septiembre de 2011

Suéñame despacio

A veces te sueño
para saber si aún existes.

te sueño, a veces para amarte,
a veces como ejercicio literario.

Suéñame despacio aunque hayamos
roto todos nuestros sueños,

suéñame como en pesadillas
para que me recuerdes siempre.

Invéntame en otro sueño,
vístete de lluvia y llévate
el silencio en cada gota.

Sueña con el miedo,
disfruta de los funerales de la duda,
sálvame del fuego.

Sálvame del fuego,
sálvame de tu fuego que congela,
del amor al son de los relojes de arena.

Invéntame en otro poema,
llévame lejos donde tú no estés,
sueña con mis sueños.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cuando sueño contigo

Cuando sueño contigo
suelo no despertar,
cuando a mi almohada llegas
y te vas así, sin más.

Te extraño en el anverso
de un poema y en al reverso
de los sonetos de amor
que jamás te escribiré.

Todavía sueño contigo
aunque al despertar
finja que te olvido.

A veces sueño amanecer contigo
y llevarte lejos donde los poemas
nos hagan realidad y sean sueños cantados
a la sombra del dolor.

He muerto muchas veces en mis
sueños, espero algún día
renacer contigo en tus sueños.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Te amo en el después

Te amo en el después
y quizás también en el jamás.

A veces te quiero
desde el lado orgasmo de la cama,
a veces te escribo
desde ningún lugar.

Te amo
con este amor
y su nunca jamás de bolsillo,
con el miedo debajo de la cama,
con tu ausencia en mis poemas
y el vino sobre tu vientre.

Te amo en el después
y quizás también en el siempre jamás.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Te amo y no sé por qué

A veces escribo para recordar tu nombre,
a veces sólo para olvidarlo
y dejar de inventarte,
en letras suicidas y en mentiras cadenciosas,
y abrigarme en la sombra de tu voz.

A veces te escribo
desde la sexta cuerda,
desde la forma indecible del sonido,
te siento tan lejana,
como aquél poema que se recita solo,
es a la vez, peligro y silencio.

No recuerdo el décimo noveno mandamiento,
no quise serte hiel,
ni dejar en tus venas
rastro de pecado, apenas
un aroma a libro orgasmo,
a manantial de todo aquello
del pasado como reliquia,
lo sabes por el silencio.

A veces te deseo,
a veces son seseos y susurros
en alguna habitación cercana
del más barato hotel que pueda pagar,
con cualquiera que no seas tú,
te recuerdo a mitad del soneto fálico,
pero no puedo recitarlo.

Te busco en mi nombre,
sin lamer tu recuerdo encadenado,
a veces te escondo en el vino,
y te ato con la cuerda sexta,
con alguna cadena que siempre estuvo rota.

Déjame en este verso,
que sea como aquél sueño
que tiene incorporado un amanecer contigo,
déjame siempre, déjame nunca,
sonríe siquiera, me gusta escribirte
a esta hora, sin relojes, cuando
me dejas en plena madrugada.

Te escribo porque sé que no me lees,
te leo porque sé que no me escribes,
te amo y no sé por qué.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Adiós

Tengo un silencio
y todas las palabras que lo componen,
tengo tus dedos
en cada uno de mis ayunos
y el miedo en un poema
que ya nadie recuerda.

A veces huyo
del desamor y del amor mismo,
a veces sólo escribo
sin vocales ni estigmas,
quisiera tu fragmento oleaginoso
en alguna de mis dudas,
quisiera poder decir tu nombre.

Tu amatista mirada,
es un fanal en madrugadas
apenas un canto primerizo
de la nostalgia y el decoro.

Tu mirada es la luna con todos
los poemas que susurra
y ya nadie lee,
es un esquivo y puro
olvido, adiós no es una lengua
a la altura del desdén,
es un cuchillo en algún órgano vital.

Detrás de los orgasmos,
junto a las dudas
escribo con acentos fálicos,
con una azafea por reloj.

Adiós, al menos por ahora.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Contigo es un fragmento del olvido

Aquí tengo tres puntos suspensivos
que quisiera compartir contigo,
tengo comas y diéresis agónicas.

A veces escribo sin labios
indecentes que me lean,
sin vocales de amor muerto.

Existe aquello que leo
en versos tristes por el cieno,
el deseo sonríe en el anverso.

Contigo es un fragmento
del olvido que los gusanos
adornan con poemas.

Te regalo este viernes
y todos aquellos que
agonices conmigo.

Olvidé quién soy,
por ello escribo,
para saberte lejos.

Tal vez agonices
conmigo, tal vez huyas
y dejemos de partir siempre.

Aún tenemos dudas
por devolver, aún nos
falta hacernos falta.

Tal vez aquellos puntos
no sean mortales y sólo
deseen morir con nosotros.

martes, 6 de septiembre de 2011

Un poema

Un poema es una ofrenda al olvido,
una ofrenda que el recuerdo
se encarga de guardar para siempre
debajo de los sueños.

Un poema esconde acertijos
y otros detalles innegables
del pasado, destruye heridas
que desangra sin misericordia.

Las lágrimas no escriben poemas,
tu sonrisa guarda dos o tres,
que el pecado escribe con desdén.

Mis dedos recorren trazos en tu piel,
que el orgasmo, inmortal poema, ha dejado
no hace mucho, en alguna madrugada.

Si hubieras leído

Si hubieras leído todo lo que
te he escrito en sueños
ya habrías muerto de amor
para renacer conmigo.

Si al menos hubieras leído
un verso de los miles
que jamás he escrito
serías un poco menos triste.

Tal vez me leas en sueños
aquellos que llamas pesadillas,
y me recuerdes por versos
azules y truenos amarillos.

Tal vez jamás haya escrito,
tal vez nunca haya leído
lo que a diario cierra cicatrices
y colecciona mariposas muertas.

Si hubieras leído cuentos perversos,
sonetos fálicos y breves muertes,
aquello que despierta mi pasión,
aquello que niegas con desdén de jueves.

Si hubieras leído todo aquello
que tal vez escriba sobre tu obituario,
ya habrías muerto para escucharlo,
lo siento, no seré yo quién lo lea.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Poema gusano


El no irse jamás,
el reptar cabizbajo hasta rozar
tu frente con el vino derramado,
leer un libro viejo,
rozar tu cicatriz y reflejarme en ella.

Tener palabras con arrugas
y no joder,
este vino miente
con lúdicos sonidos
y con pasados de fiebre.

Pienso en el dolor y le dibujo
una sonrisa,
un tercer soneto que jamás ha de leer,
le pienso en avenidas
en alguna esquina
con la corbata en la mano
y no puedo dejarle.

Tener vientos que desprecian lunares,
tener una vida en cuatro paredes de papel
y saber que cada una posee tres ventanas
y no poder abrirlas porque están abiertas.

Y dejo de escribir
comas y puntos a favor,
sed en la miel le sabe
le tiñe de amaneceres y otros detalles.

Doler y no saber cómo
y partir es sólo
el movimiento feroz de los gusanos.

Poema sin palabras


Porque escribo un perro sin palabras,
un perro que maúlla y canta,
y juega a serte fiel.

Y dejo que camine por avenidas,
dejo que nombre la duda
con maullidos y adagios breves.

La duda no tiene un pronombre personal
ni siquiera un recuerdo que le condene
pues no tiene la certeza de su existencia.

Porque escribo un perro
y has escuchado sus ladridos
desde ayer, cuando apenas si mordía.

Te escribo cualquier poema
sobre tu vientre, alguno con detalles
indecentes y con miel de los latidos.

Sabes que esto no es un poema,
late, miente y cruje como cualquier hoguera,
pero no atrapa los ecos ni la pasiones.

Te escribo un perro sin palabras,
no le hagas daño, no lo condenes,
si has de matarlo, que sea sin palabras.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Inventemos

Inventemos palabras, inventemos sonidos, creamos en ellas o simplemente aboguemos su olvido, creemos un silencio plagado de pieles, dejemos de callar, soltemos todos esos nombres, calientes y miserables. Inventemos palabras sin asesinar las antiguas, escribamos con miel y con semen palabras hermosas, juguemos con ellas hasta hacerlas infinitas, hagamos con ellas poemas y sonetos, canciones cuentos y mejores fonemas. Inventemos alguna que sea alegre y triste, que rompa en llanto de alegría funesta y se consuele con risas lágrimas, y nos despierte a mitad de la noche para saber si estamos muertos. Inventemos palabras y sucesos, y luego escribamos con miel y semen palabras hermosas sobre cuerpos silentes e irremediablemente alegres de su insensata desnudez.

Desnudar tus palabras

Desnudar tus palabras,
desangrar tu eco,
entre mariposas muertas
y gusanos en vela.

Asir tu acoso,
sentir palabras tristes
por debajo del olvido.

Empezar contigo,
 miles de poemas,
entre tanto te escribo
breves silencios.

Desnudar tu cuello,
contar cada uno de tus sueños,
después de las plegarias.

 Asir tu acoso,
deja que te escriba
 como hasta ahora.

Sin comas
sinespaciosinútiles
y syn v c l s.

Sabes que te quiero
en un fonema,
 en dos recuerdos.

Te escribo para olvidar
lo que no puedo recordar,
te quiero siempre jamás.

Desnudar tus palabras,
abrigarlas en mi boca,
 y dejarlas moribundas
 detrás de tus párpados.

 Así, te quiero,
inventa otro poema
 y quémalo en el fuego.

Tu nombre

No sé de cuántas vocales lleva tu nombre, no sé si está compuesta de comas, tildes, o de puntos suspensivos, Tal vez te invente demasiados nombres en cada poema que no te escribo, tal vez olvide tu nombre de tanto recordarlo. No recuerdo tu nombre, a veces olvido el pecado, y relojes suicidas me llevan. Entonces, dibujo algún poema, invento algún orgasmo, y decido tu nombre aquél que leo en tu obituario. No me leas, no me escribas, no dibujes otra sonrisa de muerte sobre mi frente, huye del poema, sé verso. A veces me dueles demasiado, a veces ni siquiera te recuerdo, y dueles más que nunca. Siempre es un tal vez, parapléjico, sin ganas de vivir, nunca es un poema roto que ya nadie lee ni recuerda. Tu nombre está escrito con semen y fragancias bastardas, con la miel de tus besos y algún eco triste y alegre.