Un poema es una ofrenda al olvido,
una ofrenda que el recuerdo
se encarga de guardar para siempre
debajo de los sueños.
Un poema esconde acertijos
y otros detalles innegables
del pasado, destruye heridas
que desangra sin misericordia.
Las lágrimas no escriben poemas,
tu sonrisa guarda dos o tres,
que el pecado escribe con desdén.
Mis dedos recorren trazos en tu piel,
que el orgasmo, inmortal poema, ha dejado
no hace mucho, en alguna madrugada.
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