domingo, 30 de octubre de 2011

Sé que no existes, pero te amo demasiado como para decírtelo

Sé que no existes todavía, sé que algunos adjetivos no pueden perseguirte, sé tu nombre
aunque no existas todavía. Recorro estas líneas, una y otra vez, pensando en los segundo que se echan a perder por no tener otra cosa en qué pensar, tal vez podría ser alguien importante si no te pensara tanto.

Lo bueno es que no existes, lo malo es que te sigo pensando como si estuvieras aquí, como quien escribe una nostalgia y prende un cigarrillo para no fumarlo. Sé que las palabras ruedan y evitan los abismos, que este verso no lo es, sé muchos detalles acerca de nosotros, como aquellos recuerdos que invento para tener algo que recordar. Sé que no existes, pero te amo demasiado como para decírtelo.

sábado, 29 de octubre de 2011

Luego

Luego es ahora si es contigo,
luego es ayer y siempre,
luego no emerge del recuerdo
ni envenena el presente.

Luego es nunca y es tu sonrisa,
a veces un sólo de jazz
u otra parte de nada y todo,
luego eres tú debajo de mi lengua.

Hoy te quiero, desde luego,
desde aquí, desde siempre,
hoy es luego, mañana es hoy.

Hoy no siento mis latidos,
hoy no tengo corazón,
mas luego veremos sentimiento.

viernes, 28 de octubre de 2011

Todavía huyes de mis versos

Todavía noescribí unpoema
quedes nudetu sonrisa,
todavía nohurgué entualma.

To davíapa sasami lado,
sinre cor darmisle tras,
todavíahuyes demisversos.

Todavíadudas demisdedos,
cuandoin ven tancaricias
desdeel ladocuen todelverso.

To davía vienesytevas,
como quienno sien teeldedo
del queescribe unanos talgia.

Toda víabusco tunombre
debajodemilengua
ynoen tiendolo queescribo.

domingo, 23 de octubre de 2011

¿En qué se padece el amor al dolor?

El amor suscribe un pacto de no agresión
con nosotros aunque bien sabemos
que alguno de los dos lo romperá.

El dolor existe y le importa poco
su esencia o su lugar de origen,
incluso su nombre le es irrelevante.

El amor no te lee ni te destruye
sólo te susurra, a veces sólo
y sin compañía y sin dedos caricias.

El dolor construye castillos de arena
sobre tu espalda y sonríe
cuando tu dolor se convierte en palabra.


¿En qué se padece el amor al dolor?

El amor también escribe poemas,
cicatrices le llaman.

A veces voy a ningún lugar

A veces voy a ningún lugar,
sólo para quedarme contigo,
a veces te escribo siempre
para olvidarte algún día.

Y repto por versos tangos
y navego por tus venas
después de los recuerdos
después caricias eternas.

A veces escribo en madrugadas,
sólo para soñarte al alba,
a veces me oculto de la luna
para que no aparezca tu silueta.

A veces destruyo los recuerdos,
para nunca más olvidarte,
a veces elijo nuevas heridas,
para dejar de sangrar.

A veces te odio un poco,
sólo para amarte,
a veces te quiero en sueños,
para despertar contigo.

viernes, 21 de octubre de 2011

Cualquier dolor es jueves

Cualquier dolor es jueves,
pero no todo jueves es viernes,
no todo color duele y es perverso,
no todos los dioses se visten de rezos.

Cualquier ocaso es la noche misma,
pero no todas noches son contigo,
el amor muere en un haber sido,
en un jamás que acongoja y rima.

El jueves es tan sólo un fragmento
suicida de los viernes, es tan sólo
un recuerdo, otrora sentimiento.

Dame uno de tus viernes crueles,
acaricia cada uno de mis cuentos
y aquél poema que tanto dueles.

jueves, 20 de octubre de 2011

Suéñame sin versos

Suéñame sin versos,
desprovisto de eventos subterráneos,
invéntame por siempre en lugares nefastos,
donde el paraíso sea tu sonrisa.

Déjame morir en uno de tus sueños,
déjame quedarte en los míos,
muere conmigo, lejos de nosotros,
que cada sueño sea un recuerdo agonizante.

Invéntame de nuevo,
un par de versos menos triste,
invéntame, esta vez a tu lado.

Suéñame sin versos,
duerme a mi costado,
invéntame por siempre lugares nefastos.

Fragmento suicida de los viernes

Fragmento suicida de los viernes,
evasión fiscal en pleno desarrollo cognitivo,
dónde es contigo, fiebre es el viernes,
fracaso colectivo ambiguo y silente.

Ocasión - cualquier agujero negro
es tu indiferencia - paralela al dedo siempre,
cualquier arruga acompasa pasos de algodón,
ocaso tormentoso sin duda, bueno y tuyo.

Acaricio tu ausencia como quien
arranca cicatrices de tu espalda llena de adioses,
llena de nada, flotante esperanza tenerte.

Ocaso - una vez más, juntos y desastre,
te quiero con este odio que ha muerto de amor-
o acaso te muero con menos ternura que tu nombre.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Escribo dentro de un poema

Escribo un poema sin vocales
ni orgasmos necesarios,
escribo un verso distante y dudas,
tal vez escribo dentro de tus piernas.

¿Qué haremos cuando los poemas nos destrocen
los silencios y todas las palabras se hayan suicidado?

Escribo dentro de un poema,
tal vez escrito por la muerte,
un día de lluvia y fiebre,
un infeliz día cualquiera.

¿Qué haremos cuando los poemas
desconozcan a las musas?

Escribo desde el hado incorrecto
del orgasmo, donde la soledad
nos conoce demasiado.

Te quiero aquí

Te quiero aquí, en el lugar
que juntos elegimos para dolernos mañana,
donde suceden los poemas
y mueren los recuerdos.

Dibujo una cicatriz
sobre la herida que me dejarás mañana,
pues bien sabes que nuestras heridas
desconocen cicatrices.

El amor inventa cicatrices ficticias,
pero jamás cura heridas,
pues aquellas fueron alguna vez caricias.

Te quiero en todos los poemas,
en el verso que se prosa sobre el alma
te quiero hoy y tal vez mañana.

sábado, 15 de octubre de 2011

Tengo un veneno en la piel

Tengo un veneno en la piel
después de tus caricias,
tengo motivos para dejarte,
tengo un gemido desde el fondo
de la desdicha, veneno de rojo intenso.

Tengo palabras que han muerto,
tengo muertes que han sido tuyas,
a veces dibujo sobre tu frente
un cuento para niños indecentes,
lleno de silencios del infierno.

Tengo un veneno en la piel
después de tus caricias,
no me hace daño, no me hiere,
simplemente me mata y muere
conmigo, me mata sin el dolor de tus besos.

Acompáñame al funeral de las palabras

Acompáñame al funeral
de las palabras que se suicidaron
de tanta soledad,
de tanto vaso de tristeza siempre lleno,
de las gotas de lluvia del dolor.

Acompáñame al funeral,
no es muy lejos,
apenas si se oyen los pasos
de los poemas y palabras
que van a rendirle un último
homenaje, un adiós verdadero.

No me hables del pecado
no me engañes con falta de voluntad,
no quiero prescindir de tu mano,
acompáñame al funeral de las palabras,
dejemos para el final aquél juzgado.

Acompáñame al funeral
de las palabras que se suicidaron
de tanta soledad,
es viernes de lluvia dolorosa
y te quiero a mi costado.

viernes, 14 de octubre de 2011

Quiero quedarme contigo

Quiero quedarme contigo
lejos de nosotros,
a la sombra de la inquieta lluvia,
llueve también en tus ojos.

Quiero partir
para volver algún poema,
para dejar entre tus piernas
caricias de papel.

Quiero quedarme contigo
lejos de nosotros,
donde la soledad sea nuestra
y tenga otra sombra.

Quiero encender tu lengua
con palabras tiernas,
quiero una fotografía
del dolor para llevarla siempre.

Quiero dejarte,
para estar contigo,
quiero un papel que resista
el peso del silencio.

Me gusta devorar tu sombra

Me gusta devorar tu sombra,
vestirte de cenizas,
encender el fuego con tus lágrimas,
me gustas a la hora de la cena,
apagar sonrisas con silencios.

Me gusta devorar tu nombre,
vestirte de sonrisas,
entender el porqué del amor,
porque te amo sin sentido
y a veces sin quererte.

Me gusta devorar tu sombra
en la más profunda oscuridad,
escribir un poema en tus bragas,
me gustas a la hora del desdén
entre cenizas y viernes sin palabras.

jueves, 13 de octubre de 2011

Quédate

Anochece a plena luz del día,
amanece y las letras apenas
sin llegan a vocales antes del cenit,
quédate un rato más, déjame leerte
a la luz de la oscuridad en pleno día.

Quédate un río más
y despertemos juntos,
envueltos en fragancias raras,
en cuentos indecentes y tal vez,
en otro sueño, vago, difuso y nuestro.

Déjame contarte otra nostalgia,
desprovista de regresos, déjame una vez más,
vete, huye, no vuelvas, quiero saberte lejos,
duele más que el dolor de soledad,
duele tanto como nunca, como jamás.

Quédate un río más,
acaricia todos los fonemas,
despierta sólo para seguir soñando,
sueña caricias y puentes, sueña despierta
y canta con tus dedos, quédate un sueño más.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Te quiero más cuando te amo

Para ella, aunque dejó
de ser cadencia de jazz.


Te quiero más cuando te amo,
te amo más cuando te deseo,
te deseo más cuando te escribo,
te escribo más cuando te quiero.

Te quiero al son de versos tristes,
a veces deicidas, a veces crueles,
deseo tu cuerpo por sobre las mieles.

Te amo quizás en el desdén de luna,
angustia la del poeta muerto no leído,
invento cadencias de jazz y dudas.

Te deseo por siempre en cuentos tercetos,
en sonetos infernales y debajo de tu piel,
te deseo por las noches al calor de mis dedos.

Te escribo partituras del dolor y lágrimas andantes,
sonrisas tales que anochecen contigo y sin credos,
te escribo un poema sin sentido, sólo para amarte.

Duele el verso

Duele el verso,
quema en las entrañas
y después desdice recuerdos,

no sé si inventa silencios
o asesina palabras,
duele verso a verso.

Duelen los por qué
paralelos a la incertidumbre,
duele el verso desprovisto
de la certeza de la duda.

Duele el casi dolor
de negarnos diariamente,
perdidos en ríos del desdén.

jueves, 6 de octubre de 2011

Tu inocencia


Decido tu inocencia
en una sonrisa de luna,
en el color ternura de tus ojos,
decido cuánto veneno
contienen tus besos.

¿Cuánta soledad
nos queda en el bolsillo,
cómo hace el vino
para ser tu voz,
para dejar de serlo?

Decido tu inocencia
al observar tu silueta
en el reflejo del fuego
sobre el hielo,
en un tal vez jamás.

Si te amara,
si cantaras mis poemas,
como quien prende un cigarrillo
en el infierno y vuelve
menos triste, con alguna
historia divina mal contada.

Decido tu inocencia
y tu sonrisa, decido
el lugar de la herida,
pero no cuánta soledad
nos queda en el bolsillo.

Partitura de la muerte

Pienso en el color
de la luna a mediodía,
en el color de la ternura,
recuerdo algunas
notas de la partitura de la muerte

Escribo versos
sobre la partitura de la muerte,
escribo sobre el fuego
a la luz del mediodía,
escribo sobre tus dedos
a la luz de tu lengua.

Improviso lágrimas,
sólo para no desentonar
en la melodía del dolor,
improviso también sonrisas,
comas y miradas distantes,
y tu voz que el vino todavía
recuerda, a veces, demasiado.

En el concierto del dolor
nosotros no llevamos la batuta.

lunes, 3 de octubre de 2011

Inventé un después

Inventé un después,
sólo para ser felices,
lo inventé en el anverso
de ningún poema,
entre caricias y gemidos.

Inventé un después,
mucho antes del jamás,
escondido está entre tus piernas,
asume el tiempo como nadie,
cruel e ingrato, a veces, fiel.

Espero poder contarte,
los miles de adjetivos
que reptan en mis dedos,
cantarte nidos y sierpes,
debajo de tu piel.

Un jamás le acecha,
un durante le pretende
y el antes quiere asesinarle,
tengo un después , sólo para amarte,
escondido en ningún verso.

Te inventé un después,
no lo vayas a espantar,
es apenas un pequeño soñador,
sólo quiere escuchar tu risa,
y los latidos de tu ausente corazón.

domingo, 2 de octubre de 2011

Te deseo un adiós

Te deseo un adiós atemporal,
que no sea hoy ni mañana,
que no haya sido ayer
cuando todavía no aprendías mi nombre,
que no sea nunca.

Te deseo un adiós,
no cicatrices, ni poemas truenos,
te deseo un tiempo dado
y uno para que no me olvides,
para serte uno, cruel y bueno.

Te escribo poemas y ternuras,
a veces son justificados por tu sonrisa,
a veces, borrados por una lágrima,
no de adioses ni de partidas.

Te dejo mis poemas,
son menos que nada,
pero son tuyos a la hora del desdén
y bien pueden ser escritos
junto a nuestros obituarios.

Te quiero y cuento

Te quiero y cuento,
te cuento tanto,
te tanto en cuenta,

te quiero tanto y tanto,
viernes y jueves,
tanto y tanto
de quererte todo y nada.

Te quiero es un poema
que las personas
no sólo se niegan a escribir
sino que ya ni siquiera leen.

Te quiero tanto,
te tanto quiero,
cuánto tanto,

tanto quiero,
tus deseos y tus quieros,
tanto te tanto.

sábado, 1 de octubre de 2011

El amor

El amor no te lee ni te destruye
sólo te susurra.

El amor es un jueves negro
que se repite todos los días
y a cada segundo.

El dolor es un subconjunto
propio del amor,
es, tal vez, su final
y su principio.

Tengo un amor
o un dolor,
no lo sé todavía,
o tal vez ambos,
entonces es sólo amor.

Tengo un dolor
que quiere dejar de escribir poemas
y sólo desea agonizar en silencio.

Tengo un amor
que jamás ha escrito nada,
a veces ni siquiera existe.

Cántame este fuego

Cántame este fuego,
déjame un par de sueños gélidos,
descifra mis poemas,

cántame este fuego,
duda de mis nombres
y de mis dedos.

Inventa otro nombre para el dolor,
escríbelo en tu frente,
invéntame otro nombre,

que no sea bueno,
que sea fácil de olvidar,
que sea tuyo.

Invéntame otro fuego,
alguno sin ascuas perversas,
sin sonidos, sin sentidos.

Cántame ése fuego,
en cualquier llama,
aguárdame en tu lagar.

Brinda con mi fuego,
pues fuego con juegos,
canto tus dedos.

Descifra mis poemas.
duda de mis nombres,
inventemos el fuego.