El amor suscribe un pacto de no agresión
con nosotros aunque bien sabemos
que alguno de los dos lo romperá.
El dolor existe y le importa poco
su esencia o su lugar de origen,
incluso su nombre le es irrelevante.
El amor no te lee ni te destruye
sólo te susurra, a veces sólo
y sin compañía y sin dedos caricias.
El dolor construye castillos de arena
sobre tu espalda y sonríe
cuando tu dolor se convierte en palabra.
¿En qué se padece el amor al dolor?
El amor también escribe poemas,
cicatrices le llaman.
El amor y el dolor, cómplices de la misma locura humana.
ResponderEliminarSaludos :)