domingo, 4 de septiembre de 2011

Poema sin palabras


Porque escribo un perro sin palabras,
un perro que maúlla y canta,
y juega a serte fiel.

Y dejo que camine por avenidas,
dejo que nombre la duda
con maullidos y adagios breves.

La duda no tiene un pronombre personal
ni siquiera un recuerdo que le condene
pues no tiene la certeza de su existencia.

Porque escribo un perro
y has escuchado sus ladridos
desde ayer, cuando apenas si mordía.

Te escribo cualquier poema
sobre tu vientre, alguno con detalles
indecentes y con miel de los latidos.

Sabes que esto no es un poema,
late, miente y cruje como cualquier hoguera,
pero no atrapa los ecos ni la pasiones.

Te escribo un perro sin palabras,
no le hagas daño, no lo condenes,
si has de matarlo, que sea sin palabras.

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