martes, 4 de enero de 2011

Ahora que la noche absorbe sucesos raros

Ahora que la noche absorbe sucesos raros,
cuando creo que el amor es un perro sucio y negro
y el vino no es el de tu abdomen,
cuando hace falta alguna dosis de soma,

tu rostro esquiva firmemente dados de oro,
tu lengua solo anuncia relojes y cenizas,
muertos en el día, acomódate el pelo detrás el sexo,
están adoquinados tus recuerdos en la esquina,

ahora en las ventanas, aparecen frenesí,
uvas raras sin lamento, algún dios perfecto,
pero nadie a quien llamar de madrugada.

A ratos deseas la humedad del falo erecto,
cuando me entregues versos de sangre carmesí
se habrá muerto tu bondad encadenada.

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