Punto aparte, irreconocible
y sincero, angustiado por el tiempo,
deduce todo aquello y desdice
casi siempre los finales.
Punto y equis, dicen poco,
invierno y cardo pos-duda,
reloj de arena analógico,
casi nunca fiero, casi nada.
No obedece a reglas ni relojes,
ni a la línea perversa,
no recoge venas ni vientos.
Punto aparte y cruel,
digamos cómo y jamás
en algún párrafo diverso.
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