Ven, quédate un dato más,
imagina la ruta del placer
sobre tu cuello,
imagina un byte sobre tu espalda,
ven y ahuyenta spam.
Sueña con ceros vírgenes,
imagina los hunos seguidores y piel,
invagina todos mis recuerdos,
sal de aquí, quédate ahora.
No todo poema es jazz,
aunque lo fuere un segundo,
no te quiero,
lo digo y enveneno mi boca,
y crecen tantos caracteres
como suicidas en el mundo.
Sueña conmigo, al menos una voz
partida, algún sesudo en vela
destruye las cuerdas y tú,
rendida sobre tanto cero ficticio,
inventas una nueva cadena.
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