miércoles, 25 de agosto de 2010

Y no encuentro tu vientre
que sólo conozco de noche
entre tu desprecio
y desnudas flores.

Angel de medianoche
que haré cuando tu miedo
emerja del recuerdo
y lastime tus alas.

No sabré que hacer contigo,
cuando vengas triste
y desprovista de rencor
intentes en tu vuelo amar.

Vienes en la oscura soledad
y dejas amargos recuerdos,
heridas abiertas, latidos suicidas

Entre desnudas flores
me dejas sin rumbo,
sin paredes de papel.

Me dejas
desprovisto de cardos
que a tu llegada ocultaban
tu cruel indiferencia.

Me adhiero
a las formas más sublimes
que tu beldad construyó,
cuando amabas si tregua.

Que mejor disfraz
que tu sonrisa
para este infierno
de cotidiana pena,
que mejor adios
que tu recuerdo.

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