Lugares somos y huimos para vernos,
este eco, esta libertad acotada
a contraluz y luce mi vida
algunos cardos que llevan tus besos.
Te quiero en estos bordes de la agonía
y en el perverso anhelo,
de juntar tus ojos a la noche,
y mirarla sin miedos, juntos y distantes.
Escribo con los ojos, digo, así los segundos
rocen tu piel, buscando ecos y murmullos,
camino y ausento tu soledad en cuentos.
Esta fiebre cálida, tus besos y el pecado,
todo en una muerte que sea soñada,
que agonice cuando te ame cruel.
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