Ella, alguna otra, apenas una flor herida y tal vez hiriente, fría como las caricias. Ella y después ninguna. A veces, finge esconder sus lágrimas en las notas a pie de página y olvida su destiempo en el papel, desdibuja algún deseo y sueña en vez de amar, sueña con otro mar, tan lejana como las desdichas. Ella, alguna otra sobre el papel y después ninguna.
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