miércoles, 5 de septiembre de 2012

Otra pérdida etérea



Me acerqué con el miedo en los hombros,
el dios santo en tripartita menta
y los ojos de todos en mi flagelo de poeta
hecho de torque y roca.

Mis pasos giraban en cercanos enigmas
y argüí venteros y caminos
por acercar mis palabras
a tus ojos, piel milagro

la ventana abierta tomó el curso de
lo indecible, la emanación del cuarzo,
las horas antes de hoy, mañana.

Estoy junto a tu voz, y no imagino
hablándote en pasivo y lejana,
sintiendo otra pérdida etérea.

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