jueves, 27 de marzo de 2014

venderé tus huesos azules diamantes
y tus ojeras
y nadie sabrá quién eres
ni siquiera el tiempo, lienzo enigmático,
que posa sus garras sobre tu rostro,
venderé a buen precio tus huesos
y sonreirás sin darte cuenta
la sangre será el tiempo
que tardemos en conocernos
cada quien partirá
cada movimiento será otra despedida
y así hasta el final
detrás de los espejos
el invierno yace en silencio
volver marchita todo
el calor, las cartas
y el breve suspiro
de dos tontos bajo la lluvia