domingo, 27 de febrero de 2011

Escrito tras tus párpados

Estás ahí como nadie,
como nunca antes,
dichosa y buenamente,
y yo escribiendo tras tus párpados.

Estás conmigo, detrás de algunas vocales,
desde el principio hasta el ocaso,
y te vuelvo un ángel,
conservo tu nombre y mi semen,
ambos faltos de malicia.

Como acertijos, como gotas en tu vientre,
indescifrables y hermosos en la noches,
realmente una buena parte de nadie
como nunca antes, así queriéndote.

Estás ahí, en los ocasos y en el rudo viaje,
sabiendo que sólo las consonantes te libran,
creyendo en un loco, en los heréticos dictámenes
de la duda y el recelo, de tus ojos en el miedo.

Estoy aquí, me dices,
y apenas un lobo yo se ausenta,
animal confeso manando sangre de tu costado,
duelo en el quinto ruedo, te dan ganas de volver,
me finges y todo desaparece en un do profundo.

Si sabemos las mismas llagas, si lamemos
las mismas heridas, y estamos en el mismo lugar,
si te vas y vuelven los días,
si me quedo con agonías casi nuestras,
dejo de quererte, sin comas ni puntos a favor,
si te duelo en un verso.

Estás conmigo, estoy ahí, juntos como nunca,
fuertes de costado, estamos dando los últimos
suspiros para olvidarnos, olvidando de frente
la vida un poco corta, haciendo un fuerte
para desearnos lo mejor, una mentira más
que a nadie dañe, un siempre recuerdo siempre.

lunes, 21 de febrero de 2011

Te escribo para volver a amarte

He escrito palabras desde tu boca,
las he tocado con tus manos,
he puesto una corbata de papel
en tus labios y ha dejado
de ser tu boca.

Te he dicho los silencios más puros
y he callado algunos orgasmos,
cuando ese yo no vuelva a verte,
cuando me seas la misma diosa del fin de los finales
y te escriba a ratos, desde cualquier desidia.

Pues me has hecho bien cuando reías,
cuando mi llama dejó de brillar solitaria
y fueron tuyas las cenizas,
te he descrito sin aquellos ecos rudos,
sin almohadas al costado de tu llaga.

Pues hoy te encuentro de colores,
de formas que no se olvidan,
con las flores en el pelo y tu vuelo
fuerte hacia mi vado, todo frágil,
todo es tuyo para hacerlo bueno.

Te escribo y casi nadie lee ni se detiene,
casi tanto y tanto que doncellas de otros tiempos
van y vienen, sin memoria y sin sentido,
haciendo yo las veces de profeta,
queriéndote sin saberlo, al costado de tu llaga.

Pues recuerdo acertijos y nostalgias,
registro tus pasos y huyes dando cuentas
y temibles paralelos,
eres el viento a mi favor y la tormenta que me sangra,
pues recuerdo hace tanto y casi nunca tus caricias.

Te he escrito siendo bueno, apenas un infante,
dorando tus dedos con mis venas y yendo
de tus piernas a la luna, con sabores perros
y la frágil escritura de tus senos,
ese porcentaje de palabras que callo para nadie.

Te escribo porque te veo en todas partes
y callo enteras frases, pues eres una y ninguna,
cómo hablarle a un fantasma que desconoce mi semen.
Te escribo para volver amarte, para que vuelvas a ser
una línea sin palabras y las invente una a una.

domingo, 20 de febrero de 2011

Te amo sin miedo

Exactamente lo que no temo
son los días de ausencia,
de tus huidas, del blanco seso
sin noches en vela.

Y temo tu compañía ausente,
la misteriosa luna que se queja
de tan poca oscuridad y no tiene
algún recodo para iluminar

tu silencio, hecho de libros
muertos, tal misterio
para tanta decencia.

Temo tus pasos viniendo de lejos,
te muestro los míos sin necesidad
de llanto, te amo así, sin miedo.

martes, 15 de febrero de 2011

Poema quiero

Quiero que recojas vinos y amores
y te levantes después del sexo
para besarme.

Quiero ver cómo tus dedos
aprendieron a dibujar
tu silueta a la luz de ninguna luna.

Quiero y bien lo sabes
inventarte una palabra
sin vocales ni consonantes,
pero con muchos orgasmos

que sea tuya, con o sin renuncia,
que sea fácil de olvidar
para que la recuerdes siempre.

Quiero silenciarte con palabras,
con mi calma y con algunos susurros
de arena, prisioneros en tu oído.

Quiero todas las gotas de lluvia sobre tu velo
y tu agonía marchitándose de tanta humedad,
quiero que humedezcan tu risa y ensueño.

Quiero escribirte sonetos
en cada amanecer,
para que los aprendas de memoria
y los devores por las noches
cuando el miedo esté debajo de tu cama.

Quiero que aprendas a leer
entre líneas lo que a diario
te escribo y cierra cicatrices,
te darás cuenta que no es mucho
ni muy poco.

Quiero entrar en tu vida como
un silencio, que te cale hasta los riñones,
ser verde y celeste, y tenerte siempre
ruidos ecos y el bullicio muertos,

tocar tu oído sin que repares en ello
y quiero que no escuches mi ruido
y cantes a capella mi silencio.

Quiero tanto y casi tanto,
que no entiendo muchas cosas
ni comprendo si te quiero para amarte
o es que te amo desde siempre.

jueves, 10 de febrero de 2011

Poema cinco

Tengo cinco mariposas con tu nombre
una a una despedazan mi vuelo
con su inocente aleteo,
a veces las guardo juntas en mis bolsillos
y emprendo único recorrido hacia tus muslos.

Aquella que tiene el color del fuego
lame mis heridas y sintetiza en un do,
amarguras y melodías indecentes.
Otra escribe con sus alas acerca
del miedo y destruye mi soledad con palabras.

Cuando en su mirada hay un día terrible y bueno,
la más joven de todas, me enseña
a soñar, a perderme en imágenes lejanas donde
el vino es dulce y tus recuerdos son destinos,
también delata tu hermosura en cada amanecer.

Esa mariposa que va y viene, se posa
indiferente sobre el tiempo, reposa sola
y tienta mis acertijos, olvidándolos en un instante,
viene y me dicta versos al oído,
sonetos de trueno, romances de satán y fuego.

Tengo cinco mariposas con tu nombre,
la que es azul y lila,
la que sabe de jazz y de ternuras de infante,
ronda mi rostro en busca de sonrisas,
conoce todos los susurros, los de arena y llanto,
y ama los renglones que a diario se ciñen en tus muslos.

Tengo cinco mariposas
cada una lleva tu nombre en sus alas
y en sus aleteos parte de tu voz,
las tengo aquí junto donde hubo soledad,
hoy se dibujan como poemas sobre tu piel.

martes, 8 de febrero de 2011

Te quiero para amarte

Si estás algunas veces
presente en los colores
de la mentira y el ocaso

si te toco cuando partes
y me dices con los ojos
hace un tiempo amante.

Es el mismo segundo
cuando yaces de soledad
en las veredas salvajes.

Si estás en un poema,
de las blondas a la luna,
del rumor a los riñones.

Si te quise por nosotros
y amé hasta la enésima
nostalgia, así de nuestra,

como esas silentes palabras
sobre tu frente, al costado
de tu velo y siempre tuyas,

si fueron verdes de alegría
y sobre tu cuello existen
otras tantas aún calladas

y las dices con mis ojos
y las tocas con tus manos
para comprender que agonía

hiriente compartimos en la cama,
cuál de ellas nos suicida,
cómo las escribo de madrugada.

si eres única en esta vida
y otra en melodías de fiebre
amante, de colores pura,

y olvidas todo siempre
y te ensordecen los susurros
que salen de este cuarto.

Si estás algunas veces
pura en la nostalgia,
única hermosura para verte.

Si te quise más que a nadie
y estos versos tardan en llegar
es porque te quiero para amarte.

sábado, 5 de febrero de 2011

Poema saxo


Es el diseño de tus manos,
es todo el tiempo,
dos minutos por segundo,
cómo despliegas voces de arrullo.

Es la verdad de tus mentiras
y los ocasos juntos
es uno de los líquidos orgasmos,
son las hiedras sobre tu labio.

Pues huyes del metal
haciendo las veces de niña y ausente,
en madrugadas silentes
en algún territorio negado
a esas fiebres, ese bocado de nada.

Pues habrás de contarme
dónde has ido, cómo has decidido
olvidar tu futuro,
haciéndome la idea que nunca fue tuyo.

Son las veces que te invento
con un fondo metálico de jazz,
jaspeando y detalles cuántos,
doncella del alma en vela,
enséñame el final de esta historia.

Son los dedos rojos de rubor,
cuando acechan poro a poro,
cada una de tus pieles,
y todas a un solo grito de placer,
óyelo pero no apagues ése cúprico sonido,

cruje junto a mi, diseña
una sonrisa, que yo
invento palabras alegres
que te hacen llorar,
y diseño tu silencio con versos.